El misterioso viaje del cuadro del Vicesuperintendente Arturo Espina y el retorno a su casa bomberil

La 10ª Compañía de Valparaíso lo puso en manos de la 12ª Compañía del CBS tras su hallazgo en una feria porteña.

Nota con la colaboración del Ayudante Álvaro Velasco Jenschke

Tras un misterioso recorrido cercano a los cien años, volvió a su casa bomberil, la 12ª Compañía “Chile Excélsior”, el retrato del doctor Arturo Espina Fuentes, quien en 1932 fuera Vicesuperintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS), cumpliendo una gestión que más allá del servicio fue pródiga en filantropía y calidez humana.
El retorno de la efigie del bombero ilustre se produjo la noche del miércoles 7 de junio, en la Sesión del 130° Aniversario de la Compañía, de la cual fue Director desde 1926 hasta el 15 de junio de 1932, cuando asumió como Oficial General de la Institución.
Fue el Director de la 10ª Compañía “Eduardo Farley”, del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Víctor Ogas Zavala, quien la puso en manos de su par de la 12ª Compañía del CBS, Marcelo González Rivacoba, durante el desarrollo de la ceremonia conmemorativa.
Tras el agradecimiento y emoción por el presente histórico de parte de la Compañía, el Director González relató cómo se produjo el hallazgo de la pintura: “Este retrato es encontrado hace cuatro años por uno de nuestros bomberos en uno de sus paseos habituales por una feria de cosas viejas y cachureos de Valparaíso. Y le llamó la atención que fuera un cuadro que en la imagen tuviera el número 12, que fuera de un Director de la 12ª Compañía, nuestra hermana de canje”.
Agregó que “lo conversamos, nos cedió el retrato y lo guardamos en nuestra Compañía desde 2019. De ahí empezamos un trabajo para averiguar quién era y dimos con el nombre del Oficial, que es un gran bombero de la 12ª Compañía, que fue Cirujano, Director, Vicesuperintendente y precursor de la Mutual de Socorro del Cuerpo de Bomberos de Santiago”.
– ¿Cómo apareció su retrato en Valparaíso?
– Es un misterio propio de los bomberos, que sus objetos aparecen de repente en las ventas sin que se sepa lo valioso que es para una compañía o un cuerpo de bomberos porque son parte de su historia.

Bosquejo de un retrato

Más allá de los registros de un Voluntario, la memoria del CBS conserva lo esencial para dar con un retrato personal y bomberil notable, especialmente en documentos sobre las obras y palabras oficiales, tanto del doctor Espina como de quienes convivieron con él.
Los datos personales básicos del Vicesuperintendente Espina señalan que nació en 1870 y se casó en 1896 con Elena Ramírez Silva, con quien tuvo tres hijas.
El registro del CBS indica que ingresó a la Institución el 7 de septiembre de 1903 con el Registro General N° 8.986 y de la 12ª Compañía N° 150.
En 1932, luego de que el Voluntario Honorario Luis Kappes accediera al cargo de Superintendente, el Director Espina fue electo para asumir como Vicesuperintendente, puesto que sirvió hasta el día de su deceso.
En lo que toca a su gestión, se lo recuerda porque participó en la creación de la Caja de Socorros junto a José Miguel Besoaín; también por financiar la educación de uno de los hijos de un cuartelero fallecido y por atender durante años y en forma gratuita tanto al personal rentado como a bomberos enfermos.

Palabras destacadas

La partida del Vicesuperintendente dejó marcas en el Cuerpo de Bomberos de Santiago, como se aprecia en el discurso del Director de la 8ª Compañía, Guillermo Morales, quien a nombre del Directorio, hizo uso de la palabra al descubrirse una placa en recuerdo, el 7 de agosto de 1935:
“Para nuestra Institución el fallecimiento del Doctor Espina constituyó una de esas desgracias que golpean al sentimiento y ensombrecen el cerebro, pues este voluntario marcó claramente un rumbo luminoso para las generaciones jóvenes y un ejemplo de abnegación, de espíritu de sacrificio y de virtudes cívicas para sus camaradas de Directorio. En ese hombre de ejemplar modestia se plasmó aquel conjunto armonioso que resulta si a un corazón noble y abnegado se une el conocimiento exacto de la frágil condición humana, un escepticismo hondo por las satisfacciones materiales y la duda enorme sobre la recompensa ultra terrena”.
“Quiso pasar inadvertido y donde fué y estuvo dejó el surco de sus acciones generosas. A su muerte, de cada surco se elevó una plegaria y fueron muchos y muchos los que lloraron al varón justo y preclaro”, resaltó.
A su vez, el Director de la 12ª Compañía, Roberto Matus, destacó su ingreso al Cuerpo: «Se incorporó a mi Compañía hace 32 años, un día como hoy, el 8 de septiembre de 1903, en calidad de Cirujano. Desempeñó con brillo, con tesón y con desmedida humanidad este cargo, hasta el 1° de enero de 1927, en que fue elegido Director. Este último puesto lo sirvió hasta el 13 de junio de 1932, fecha en que fue elegido Vice-Superintendente del Cuerpo, en cuyo cargo lo sorprendió la muerte, el 18 de agosto de 1933”.
Agregó que “en el puesto de Director, más que un jefe, fué un padre amante para todos nosotros. Su consejo atinado no faltó nunca para encauzar a mi Compañía, invariablemente por las líneas que le tienen trazadas sus Reglamentos. Fué un jefe que con su dulzura y sencillez, disimulaba el peso de su mando. Era todo bondad, generoso y modesto, de una caballerosidad a toda prueba. Bastaba solo conocerlo para estimarle y sentir hacia él el afecto que inspiran los hombres de su temple”.
“Desmedida modestia -dijo- era una de las características que adornaban la persona del doctor Espina. De un corazón magnánimo, fué siempre inclinado al perdón, pero era inflexible en sus decisiones cuando los intereses del Cuerpo de Bomberos estaban o podían estar lesionados”.