El simbólico retorno a la 5ª Compañía del ex Superintendente Cristián Pérez Benítez

Se descubrió su retrato y recibieron sus cenizas en Sesión Extraordinaria del 15 de noviembre.

La 5ª Compañía “Bomba Arturo Prat”, del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS), descubrió el retrato y recibió las cenizas del Voluntario Honorario y Miembro Honorario de la Institución Cristián Pérez Benítez (Q.E.P.D.), fallecido el 14 de mayo pasado.
La actividad se realizó el sábado 15 de noviembre, en el Sesión Extraordinaria de la Compañía y que contó con la presencia de autoridades del CBS, familia, voluntarios y amigos del fallecido y de la “Quinta”.
En la testera del Salón de Sesiones, hicieron uso de la palabra el Vicesuperintendente del CBS, Álvaro Lara Alba, y el Director de la 5ª Compañía, Mauricio Bernabó Cisternas. En sus discursos resultaron la trayectoria bomberil de quien fuera Superintendente y que como Miembro Honorario lograra el Premio de Constancia por 70 años de servicios.
En la oportunidad, el Vicesuperintendente destacó la trascendencia de la ceremonia: “Desde la perspectiva del invitado, hoy tenemos la fortuna de ser testigos de un hito histórico y profundamente significativo como lo son el entregar las cenizas de Cristian Pérez Benítez a la Bomba Fundadora América, y develar su retrato en la sala de sesiones de este cuartel”.
Recordó que el destacado Voluntario Honorario era el maquinista que operaba la reliquia quintina: la “Bomba América” Merryweather de 1873. “Esta bomba que Cristián sabía operar con excelencia, no solo impulsó agua, impulsó a la Quinta hacia la modernidad y por eso, depositar sus cenizas en su máquina fundadora no es solo un acto simbólico cualquiera, es fundir dos historias que dialogan naturalmente como lo son la de una máquina que marcó un antes y un después, y la de un voluntario que dejó un extraordinario legado a todos quienes trabajaron y compartieron junto a él”.
Añadió el Vicesuperintendente que “la Merryweather exigía maquinistas atentos, capaces de leer la presión, cuidar la caldera y mantener el rendimiento y Cristian fue parte de ese selecto grupo, vigilando el buen funcionamiento de su querida quinta, aportando equilibrio sin sumar ruido”.
Acerca del simbolismo del descubrimiento y preservación de las cenizas, destacó que “se devela su retrato en su sala de sesiones, lugar donde la Quinta piensa, decide y proyecta… y aquí estará su imagen, recordándonos que las decisiones importantes se toman mirando la historia para poder planificar el futuro”.
“Cristián ya forma parte del patrimonio moral de la Quinta siendo memoria para las nuevas generaciones, ejemplo para los que lo siguen y presencia silenciosa cuando esta sala vuelva a llenarse para decidir los destinos de la Compañía. Hoy la Quinta acoge a uno de sus grandes dentro de sus símbolos más sagrados: hoy Cristián vuelve a su querida Quinta, a su Bomba América y, lo que es más importante, vuelve a casa”.

Palabras del Director

A su vez, el Director Mauricio Bernabó resaltó el alma quintina del destacado voluntario: “Don Cristián Pérez Benítez ingresó a la Quinta a los 16 años, cuando muchos recién comienzan a descubrir quiénes son. Él, en cambio, ya tenía claridad absoluta: quería ser bombero, quería ser Quintino y quería ser servidor público. Desde el 8 de abril de 1954, su nombre quedó ligado para siempre a nuestro color verde, a nuestras máquinas y a nuestras tradiciones”.
En el plano institucional, relevó que “su gran trabajo en el Directorio lo llevó a ser elegido Vicesuperintendente en 1998 por siete años consecutivos, período en el que impulsó importantes herramientas tecnológicas para mejorar la gestión institucional. En 2005, asumió como Superintendente, consolidando la situación financiera del Cuerpo y abriendo vínculos con organismos bomberiles de distintos países a través de la Organización de Bomberos Americanos”.
Agregó que “para la Quinta, Cristián fue mucho más que un voluntario experimentado. Fue un guardián de nuestras raíces. Cuidó nuestra historia, impulsó la restauración de la Bomba ‘América’ y fue su maquinista, promovió la creación de la Fundación Bomba América y dejó marcas imborrables: las maquetas de nuestras máquinas, la insignia del pololo en los 150 años de la Compañía, y un sinfín de gestos silenciosos que hablan de cariño auténtico”.
En el plano simbólico, manifestó: “Hoy, al colgar su retrato en este cuartel, no estamos decorando una pared. Estamos honrando una vida que sostuvo a generaciones de voluntarios, que defendió nuestras tradiciones cuando otros las daban por superadas y que impulsó cambios cuando eran necesarios. Este retrato quedará aquí para que los jóvenes Quintinos entiendan que detrás de cada máquina, de cada uniforme y de cada caída de timbres, hay personas que lo entregaron todo. Y también quedará aquí para que quienes llevamos más años recordemos que el servicio voluntario no es una palabra: es una forma de vivir”.
Finalmente, cupo el significativo rol de descubrir el retrato del Voluntario Honorario Cristián Pérez a sus hijos Maximiliano y Claudia, y a los quintinos poner en funcionamiento la “Bomba América”, en homenaje al fallecido.