INSTITUCIÓN

Historia

PERSONAJES DESTACADOS

Grandes personalidades que han ocupado altos cargos dentro de la República y de la Institución.

 

MÁRTIRES

Homenaje que se rinde a los Voluntarios que con su vida han defendido los ideales del Cuerpo de Bomberos de Santiago.

COMPETENCIA

«José Miguel Besoaín»
Primer ejercicio competitivo en que participaron las cinco Compañías de Agua y tres de Escalas con que contaba el Cuerpo.

FUNDACIÓN DEL CBS:

El primer Cuerpo de Bomberos de Chile nace en Valparaíso en 1851, luego de un gran incendio que destruyó por completo la Calle del Cabo. El 30 de junio de ese año se cierran las listas de incorporación para unirse a la «Asociación contra Incendios».

Santiago, por su parte, ya contaba con más de 115.400 personas, sin embargo, los servicios públicos eran básicos. Los incendios eran comunes y se enfrentaban en conjunto por funcionarios municipales, serenos, policías y los mismos vecinos afectados sin disponer de los implementos necesarios para combatir estas situaciones.

La ciudad estaba marcada profundamente por la religiosidad y el 8 de diciembre de 1863, en la culminación del Mes de María, el Templo de la Iglesia de la Compañía de Jesús albergó a miles de fieles, pero un voraz e incontrolable fuego se apoderó del lugar, llevándose más de dos mil almas, en su mayoría mujeres y niños. Fue de tal magnitud el incendio que la comunidad por completo se vio afectada.

Entre los vecinos que recorrían la ciudad prestando y solicitando ayuda para las víctimas, surge un comerciante proveniente de los lavaderos de oro en California, que ante la impotencia en combatir el desastre sucedido, llama «a los jóvenes» con una publicación en el diario de la época «La Voz de Chile», nota que fue reproducida al día siguiente por «El Ferrocarril», con el siguiente tenor: “Al público: se cita a los Jóvenes que deseen tomar parte en la formación de una Compañía de Bomberos, pasar el día 14 del presente a la una de la tarde, al escritorio del que suscribe”.

EL LLAMADO A LA COMUNIDAD:

El 8 de diciembre de 1863, José Luis Claro es uno de los cientos de habitantes de la capital que observan impotentes el horroroso incendio del Templo de la Compañía de Jesús, que ha costado sobre dos mil víctimas.

Apenas unos días después, mientras se realizaba la misa fúnebre por las 2.200 víctimas, un pequeño aviso perdido en las páginas de los diarios El Ferrocarril y La Voz de Chile destellaba en la desolación. En ellos, el ciudadano José Luis Claro Cruz hacía un llamado a los jóvenes de la capital para reunirse el lunes 14 de diciembre de 1863, para formar una compañía de bomberos voluntarios.

La respuesta fue inmediata. Doscientos jóvenes llegaron hasta la oficina de Claro solicitando incorporarse a la urgente iniciativa. Había políticos destacados, sacerdotes, empresarios, jornaleros y artesanos. Tantos fueron los convocados, que se decidió citar a una nueva reunión, para el 20 de diciembre de 1863, en los salones de la Filarmónica.

Muchos de los asistentes, habían perdido a un pariente o amigo y hasta el mismo intendente de la capital, Francisco Bascuñan Guerrero, lamentaba la desaparición entre las llamas de su hermana y sus sobrinas.

Así quedó la primera acta:

«En Santiago de Chile, a veinte días del mes de Diciembre de 1863, a consecuencia del voraz incendio del Templo de la Compañía, que en la tarde del 8 del corriente arrebató a Santiago dos mil madres e hijas de familia, numerosos vecinos de esta ciudad se han reunido espontáneamente en los salones del casino de la Filarmónica con el propósito de formar un Cuerpo de Bomberos Voluntarios que prevengan en lo futuro desgracias de igual origen. De común acuerdo convinieron en adoptar, en general, para este Cuerpo la organización y régimen del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y organizar desde luego tres Compañías de Bomberos, con denominación: del Oriente (actual 1ª, Director José Besa), del Sur (actual 2ª, Director Manuel Recabarren) y del Poniente (actual 3ª, Director Enrique Meiggs), y una Compañía de Guardias de Propiedad (actual 6ª, Director Manuel Antonio Matta)».

PRIMER DIRECTORIO

En la reunión del 20 de diciembre, se consigna la elección del empresario minero José Tomás Urmeneta, como superintendente; de José Besa, como vicesuperintendente, y de Ángel Custodio Gallo, como comandante.

La relación escrita y firmada ese día, constituía una respuesta a una discusión de dos años y, de inmediata, con la urgencia que propició la tragedia, se adoptó el Reglamento General del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso para “organizar desde luego tres Compañías de Bomberos”.

El cuadro del pintor francés Luis Eugenio Lemoine, aparece el primer Directorio de la Institución. La obra fue regalada en 1905 por el entonces superintendente, Ismael Valdés Vergara, y actualmente se encuentra en el Cuartel General.

Sentados de izquierda a derecha aparecen: Ángel Custodio Gallo, comandante; José Besa, vicesuperintendente, y Agustín Prieto, vicecomandante. De pie se observan: Manuel Recabarren, director de la Bomba del Sur; Carlos de Monrey, director de la Bomba Francesa de Agua; Máximo Argüelles, secretario general; Manuel Antonio Matta, director de la Compañía de Salvadores y Guardias de Propiedad; Juan Tomás Smith, tesorero general; Henry Meiggs, director de la Bomba Poniente; Gastón Dubord, director de la Segunda Compañías de Hachas, y Adolfo Eastman, director de la Primera Compañía de Hachas.

EL FUNDADOR: JOSÉ LUIS CLARO CRUZ

Hijo de Vicente Claro Montenegro y de Carmen de la Cruz Prieto, poderosa familia de Concepción, era sobrino tanto del general José María de la Cruz como del ex Presidente Joaquín Prieto. Activo comerciante de 37 años, volvía de la llamada Fiebre del Oro de California, a la que partió luego de participar en el fallido movimiento revolucionario de 1851.

Casado con la poetisa Amelia Solar Marín, de cuyo matrimonio nacieron el jurista Luis Claro Solar y el diputado Raúl Claro Solar, José Luis Claro Cruz pertenecía al círculo de Vicuña Mackenna, Francisco Bilbao, Fermín Vivaceta y de su cuñado Manuel Recabarren.

Entre los vecinos que recorrían la ciudad prestando y solicitando ayuda para las víctimas, surge un comerciante proveniente de los lavaderos de oro en California, que ante la impotencia en combatir el desastre sucedido, llama «a los jóvenes» con una publicación en el diario de la época «La Voz de Chile», nota que fue reproducida al día siguiente por «El Ferrocarril», con el siguiente tenor: “Al público: se cita a los Jóvenes que deseen tomar parte en la formación de una Compañía de Bomberos, pasar el día 14 del presente a la una de la tarde, al escritorio del que suscribe”.